Cuatro sectores estratégicos en la vida del país deciden que es hora de movilizarse juntos. El 25 de noviembre será un día de huelga de la USB para los trabajadores del transporte público local, las escuelas y la salud pública, que una vez más se ven sometidos a un ritmo agotador y a graves riesgos para su salud y seguridad.
En ninguno de estos sectores la experiencia de la primera fase de la emergencia ha producido el cambio de ritmo necesario en comparación con la contratación estable de personal y la financiación para aplicar todos los cambios que la « lección » del Covid-19 indicó claramente. Además, lo que ha faltado por completo es sobre todo una labor de planificación integrada de esos servicios.
Estaba claro que con la reapertura de las escuelas en septiembre, la curva de contagio volvería a crecer. La constante reapropiación de competencias entre el Estado, las Regiones y los Municipios, la ausencia de todo proyecto de detección masiva, la culpable falta de una dirección política capaz de contrarrestar los feroces objetivos de la Confindustria y del mundo productivo que quiere permanecer abierto a toda costa, en detrimento de la salud y de la seguridad, la ausencia de medidas universales de renta y de protección de los grupos de trabajadores más afectados por la crisis, todo ello nos ha sumido en una situación descontrolada que ya no queremos aceptar pasivamente.
Cada uno de estos servicios esenciales debe estar en condiciones de garantizar los derechos constitucionales para los que tiene razón de ser -salud, educación y educación para todos- y no puede convertirse en un lugar de transmisión incontrolada del virus.
Para invertir el rumbo, para volver a poner en el centro los intereses colectivos, para cambiar las prioridades sociales, es necesario reivindicar derechos, empleo estable, financiación, pero hay que pensar en un modelo de sociedad diferente, que hemos querido resumir en una fórmula: Nuevo papel y función del Estado.
Un Estado que no es el comité de negocios de la burguesía, sino el lugar donde los intereses de la población se organizan y determinan las opciones políticas para el bienestar común.
Ya no aceptamos el estribillo sobre el dinero que falta, la USB ha hecho también una propuesta detallada de utilización de los fondos del Fondo de recuperación en un folleto titulado significativamente « Construyamos el futuro », que es también un resumen de las vías de reivindicación y de propuesta de los sectores implicados.
Contra el bloqueo de los propietarios proponemos un plan para asegurar y reforzar los servicios públicos esenciales, los que sirven a todos, los que deben convertirse en el corazón de la gestión de esta dramática fase hoy, y mañana de su superación.
USB