Sobre el paro general y la situación en Uruguay

Esta es la reflexión del compañero Guillermo Uría. Intelectual de izquierda que opina sobre el paro general y la situación en Uruguay.

Y este 6 de agosto tenemos un Paro General en Uruguay.
El primero en 7 años, lo que indica sin dudas que los últimos 7 años el gobierno ha estado más cerca de los trabajadores que en casi todo el resto de la historia de nuestro país. Pero también marca que hoy es necesaria una reflexión por parte de quiénes ejercen el Poder Ejecutivo para ponerse a tono con lo que los trabajadores demandan.
Porque son los trabajadores los que hacen que un país sea lo que es.
La plataforma de este paro implica muchos conceptos, vinculados pero distintos entre sí. Quiero aquí hablar de uno sólo de ellos, y de un aspecto no muy destacado por estos lugares sobre el mismo.
El paro manifiesta claramente el repudio total a el acuerdo llamado TISA. El mismo tiene, entre otras características, el de ser llevado adelante en secreto. Un secreto que fuera en su momento punzado por Wikileaks, y luego por distintas fuentes, llegando así a saberse de nuestra participación en las conversaciones del mismo.
Para conseguir tal secreto, las conversaciones están registradas en documentos bajo “derecho de autor”, el cuál es una propiedad que impide que los gobiernos difundan lo que allí ocurre. Y eso mismo es de una enorme gravedad que no se ha explorado en la difusión del mismo en la medida apropiada.
Los secretos en las relaciones entre estados no comienzan con el TISA. Pero con este se inaugura que el mismo sea sostenido por el “copyright” que es una figura de derecho privado, no de derecho público.
El TISA, de este modo, desde su mesa de negociación y antes de que se llegue a ningún tratado firme, inaugura así la PRIVATIZACIÓN DE LA DIPLOMACIA INTERNACIONAL.
De igual modo que en el pasado, casi sin que nos diésemos cuenta, se operó una privatización de parte de la seguridad pública (empresas de vigilancia, de alarmas, etcétera), y se intentó una privatización de las empresas públicas -que en lo fundamental fué impedida mediante un plesbiscito, aunque muchas formas de privatización secundarias y periféricas han proliferado bajo todos los gobiernos desde los años 90-, ahora toca la privatización de lo que es más propio de los Estados: su vínculo con otros estados.
Marx señalaba en El Capital el fenómeno que llama “fetichización de la mercadería”, que es algo extenso para tratar aquí. Digamos simplemente que según el mismo, las relaciones entre las cosas comienzan a parecer relaciones entre personas, y las relaciones entre personas, relaciones entre cosas. De ese modo, pasando los años y ya muerto Marx, hemos visto como un libro se transforma en una “cosa” (no el objeto impreso, sino el contenido), aśi como las obras musicales, las películas, y otras tantas relizaciones que se ampararon en el llamado “derecho de autor” que en realidad consagra el derecho de las empresas de publicación y distribución a cambio de migajas a los autores.
Y luego la extensión de ese derecho a los “programas” cosa que viene a ser como si un martillo tuviese que pagar derechos de autor por ser usado. Casi toda la informática que se usa en el mundo gira en torno a programas “propietarios” un negocio en el que nos venden una herramienta inmaterial como si fuese una cosa.
Y el adn, convertido en “cosa” en las patentes sobre organismos genéticamente modificados.
Y ahora las relaciones internacionales.
El TISA puede ser mucho más que un triunfo del Imperialismo. El TISA, de concretarse, será la entrada en una fase posterior al Imperialismo, una fase en la que las trasnacionales se han apropiado totalmente de los espacios políticos del estado. De todos los estados, y de las relaciones de dependencia entre los centros imperiales y nosotros, su periferia.
Por eso tamibén, -y personalmente digo, sobre todo por eso- el paro del 6 de agosto es un paro en defensa de todos los trabajadores uruguayos.
Y más aún, es un paro con una trascendencia relevante para todos los trabajadores del planeta.